La vuelta al trabajo, al cole o a la rutina es un asco. Eso ya lo sabes pero ¿Te has planteado cómo lo vive tu perro?
Vivo en una zona de playa y este fin de semana he visto una procesión de maletas por la acera. He visto también gente muy, muy nerviosa que gritaba a su pareja, que empujaba y gritaba a niños por tonterías y he visto unos tirones de correa descomunales a los perros.
Dejar el apartamento y volver a casa es un caos: que si me dejo aquello, que si no cabe, que se ha roto lo de más allá o que nos ponen pegas para la devolución de la fianza…
¡Pero chicos, no es el fin del mundo!El perro va a pasar de veros casi 24 horas a veros poco durante el día (siempre corriendo) y veros por la noche (siempre cansados).Si habéis aprovechado el verano a tope para hacer senderismo con ellos, os habéis bañado en la playa, turismo, terracitas, etc., pensar que ahora su ejercicio diario se ve muy reducido.
También es muy probable que el número de veces que sale a hacer pipi se reduzcan.Plantearos que mientras estáis en casa, ésta está viva, hay ruido, hay gente, hay movimiento y hay compañía. Sin embargo, ahora que estamos muchas horas fuera, la casa está muerta. Los perretes también lo notan y recordar que son animales sociales, necesitan compañía para estar bien.
Por eso, y por el bien de todos, os animo a seguir dando paseítos ahora que anochece tarde y hace buena temperatura, hacer la transición menos brusca. Aprovechar el fresquito de la mañana, lo que cada uno pueda o le guste más.
Algo suave si cuando empiece el cole ya no va a salir mucho hasta el fin de semana.¡Qué el mundo no se acaba en septiembre! ¡Simplemente empieza una etapa diferente! Y el clima y los paisajes de nuestro país son un lujazo sin fecha de caducidad. Están ahí para disfrutarlos.
Vivo en una zona de playa y este fin de semana he visto una procesión de maletas por la acera. He visto también gente muy, muy nerviosa que gritaba a su pareja, que empujaba y gritaba a niños por tonterías y he visto unos tirones de correa descomunales a los perros.
Dejar el apartamento y volver a casa es un caos: que si me dejo aquello, que si no cabe, que se ha roto lo de más allá o que nos ponen pegas para la devolución de la fianza…
¡Pero chicos, no es el fin del mundo!El perro va a pasar de veros casi 24 horas a veros poco durante el día (siempre corriendo) y veros por la noche (siempre cansados).Si habéis aprovechado el verano a tope para hacer senderismo con ellos, os habéis bañado en la playa, turismo, terracitas, etc., pensar que ahora su ejercicio diario se ve muy reducido.
También es muy probable que el número de veces que sale a hacer pipi se reduzcan.Plantearos que mientras estáis en casa, ésta está viva, hay ruido, hay gente, hay movimiento y hay compañía. Sin embargo, ahora que estamos muchas horas fuera, la casa está muerta. Los perretes también lo notan y recordar que son animales sociales, necesitan compañía para estar bien.
Por eso, y por el bien de todos, os animo a seguir dando paseítos ahora que anochece tarde y hace buena temperatura, hacer la transición menos brusca. Aprovechar el fresquito de la mañana, lo que cada uno pueda o le guste más.
Algo suave si cuando empiece el cole ya no va a salir mucho hasta el fin de semana.¡Qué el mundo no se acaba en septiembre! ¡Simplemente empieza una etapa diferente! Y el clima y los paisajes de nuestro país son un lujazo sin fecha de caducidad. Están ahí para disfrutarlos.
